En esta práctica voy a continuar haciendo un análisis más técnico de la Casa de Vidrio de Lina Bo Bardi, la cual fue construida en 1951.
Como se puede apreciar en la imagen, el ritmo de esta construcción se encuentra en la disposición de los pilares y la separación entre las láminas del vidrio de la cara principal.
Además, es visible una clara jerarquía entre los elementos de esta construcción, dado que el peso visual de la obra recae en el módulo del vidrio/ cara frontal, mientras que el resto de partes de la vivienda se encuentran «ocultas» entre la vegetación.
Este fenómeno se da gracias a que esta parte se encuentra en suspensión.
Por otro lado, encontramos en este proyecto la repetición de un módulo en diferentes escalas, este se corresponde a la fachada de la derecha en la imagen, que viene a ser la zona de más intimidad de la vivienda.
Asimismo, esta obra destaca por el contraste que tiene con el terreno dónde se encuentra construida, dado que entre las curvas e imperfecciones de la naturaleza que la rodea, se encuentra las líneas rectas de la casa.
Del mismo modo, se juega con el contraste del color blanco con los tonos verdes y marrones del paisaje.
Por último, esta vivienda marca unos límites entre sus partes muy finos, lo cual dota de dinamismo a la construcción. Además de exprimir el uso de la luz natural al máximo, gracias al gran vidrio que rodea la estructura flotante y a los ventanales interiores que abrazan el árbol que atraviesa la casa.