REFLEXIÓN: LOS ESTADIOS.

Arquitectura es un concepto que abraza muchos ámbitos a nivel social, religión, vida privada, ocio… Y es por ello que encontramos construcciones tan variadas, unas destacando más que otras. Un ejemplo claro de esta jerarquía a nivel visual la encontramos en los estadios, estos tienen unas dimensiones escandalosas en algunos casos, y en sus alrededores ya se respira el ambiente deportivo, gracias en parte, a su diseño.

Sin embargo, la forma de este tipo de edificio ha cambiado mucho a lo largo de su historia, es por ello que voy a hacer un repaso sobre cómo han sido estas variaciones y mejoras y si esto ha afectado al concepto de «estadio».

Este concepto empezó a surgir en la Antigua Grecia, la cual tenía una cultura muy concienciada con el deporte, ya que era una de sus actividades de ocio. Con la llegada de las competiciones deportivas fue necesaria la construcción de un espacio reservado para las mismas. Es por ello que aprovechando la forma de ciertos espacios empezaron a construir los estadios. En ellos se albergaron por ejemplo los Juegos Olímpicos, siendo el Estadio Panaténico de Atenas un ejemplo muy bien conservado.  Fue construido en el año 330 a.C., tiene capacidad para 50.000 personas, y es el único en estar construido solamente con mármol en todo el mundo. Estos números no tienen nada que envidiar a los de los estadios actuales, teniendo este más capacidad que muchos estadios de la Primera División de Fútbol Español.

Unos cuantos siglos después, los romanos mejoraron los estadios, aplicando graderíos de varios pisos de altura y variando su forma, siendo circulares. Este avance se dio principalmente por la llegada del arco, y estaban completamente cerrados en los laterales, no como el griego. Además, en ellos se llevaban a cabo varias actividades, la más conocida, la batalla entre gladiadores. El ejemplo por antonomasia de estadio romano es el Coliseo de Roma, el cual podía albergar al menos 60.00 0 espectadores. Como se puede apreciar la capacidad va aumentando con el paso de los años.

A partir del siglo XIX los ingleses revivieron este tipo de edificio, construyendo tanto para criquet (deporte el cual dispone del estadio más antiguo en funcionamiento actualmente), como para tenis (con la que sigue siendo la sede de Wimbledon), y por supuesto el fútbol.

Asimismo por parte de los estadounidenses, se construyeron estadios para el desarrollo del béisbol y fútbol americano.

Ambos casos han sentado las bases de los estadios modernos, bien es cierto que sus capacidades a nivel de aforo están más reguladas que los ejemplos de estadio anteriores, siguen siendo capaces de albergar mucha gente.

Y actualmente, los nuevos modelos de estadios deportivos han trascendido del deporte, y han pasado a ser complejos en los que se desarrollan varias actividades extra. En algunos casos, el estadio también es un centro comercial, y esto está siendo cada vez más frecuente. Un ejemplo de esto es el Tottenham Hotspur Stadium, el cual alberga los partidos de fútbol de los «spurs» y a su vez dispone de un césped retráctil que puede dar paso a un campo de fútbol americano.

En general, los estadios, de fútbol especialmente, se han empezado a alejar del estadio griego y se acercan más al estilo del anfiteatro romano, gracias a la variedad de actividades que se desarrollan en ellos.

En conclusión, este tipo de edificio comenzó teniendo una función deportiva y a medida que pasó el tiempo esta función fue ampliando sus fronteras albergando otra serie de eventos. A su vez, la forma a cambiado, siendo cada vez más altos e impresionantes a nivel de diseño. Por último, queda caro que el concepto de «estadio» en sí ha cambiado mucho, ahora se asemeja más a un teatro o a un escenario dónde presenciar una obra deportiva o artística, en gran parte porque el deporte ha dejado de serlo tanto, convirtiéndose en un espectáculo que mueve grandes cantidades de personas. Cosa la cual no ha cambiado tanto viendo las capacidades de algunos estadios no tan modernos